RE-EXPRESANDO A SANTA RITA (22-05)

Hoy celebramos la fiesta de Santa Rita, patrona de las esposas maltratadas. Necesitamos su ayuda.



Casada contra su voluntad con un hombre horrible, Rita de Casia, nacida Margherita Lotti, sufrió abusos físicos y emocionales por parte de su marido, que incluyeron infidelidades. Sin duda, el amor inquebrantable y la fe en Dios de Rita a lo largo de su terrible experiencia de 18 años, hasta la muerte de su cónyuge, son loables.

Lo que no es loable es la forma en que algunos sitios web católicos retratan hoy a Santa Rita como una “esposa modelo” que responde a la violencia de su marido con “humildad, bondad y paciencia”. De hecho, un sitio ofrece una oración para que las mujeres también “sufran con resignación los problemas de esta vida”.

Estas tonterías son teológicamente sospechosas, ya que sugieren que la violencia hacia una mujer es "parte del plan de Dios para su vida". Además, son peligrosos para las mujeres que buscan ayuda. Aceptar una realidad dolorosa no significa que la mujer tenga que creer que no se puede cambiar. Plantear –sin ningún matiz– que permanecer con bondad y paciencia en una relación abusiva es pecaminoso.

Es hora de que abandonemos ese lenguaje irreflexivo del lenguaje católico. Viviendo en el siglo XV, Rita tenía pocas o ninguna opción más que soportar el dolor como solo un santo puede hacerlo. Sugerir que su "resistencia" sea un modelo para las esposas de hoy es irresponsable.

Si realmente queremos honrar a Santa Rita hoy, pongamos en práctica las sugerencias prácticas descritas en el documento de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, “Cuando pido ayuda: una respuesta pastoral a la violencia doméstica contra la mujer”... Elogio el documento por su mantra de que “no se espera que ninguna persona permanezca en un matrimonio abusivo”, así como por sus consejos prácticos para los socorristas parroquiales de primera línea, ya sean sacerdotes, diáconos o ministros laicos.

Escrito por primera vez en 1992, el documento fue revisado en 2002. Me pregunto, dado que las estadísticas indican que parece que no entendemos el mensaje como sociedad... ¿Hemos prestado suficiente atención a la violencia conyugal?

Sugiero que la mejor manera de celebrar la Fiesta de Santa Rita hoy sería implementar las sugerencias enumeradas en el documento del obispo de EE. UU. mencionado anteriormente y convertir todas nuestras comunidades parroquiales en refugios seguros para todas las mujeres que sufren abuso por parte de sus parejas íntimas.


Simon Apolloni 



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